[lectura de 4 minutos]
"El fracaso conduce al éxito". A estas alturas habrás escuchado esta frase tantas veces que probablemente se haya convertido en un cliché. Aun así, puede resultar un poco engañoso. Si bien es cierto que aprender de los reveses puede encaminarnos hacia el logro de nuestra meta actual, a veces el fracaso puede ser tan devastador que es necesario desechar viejos sueños e instalar otros nuevos que ocupen su lugar. Cuando nos enfrentamos a esta dura realidad, incluso reconocer que hemos fracasado puede resultar dolorosamente difícil. Pero no es en vano. Aprender a reconocer, reflexionar y crecer adecuadamente a partir de nuestros fracasos es invaluable para ayudarnos a alcanzar nuestras metas actuales o cualquier meta que decidamos establecer a continuación.
La dificultad de reconocer el fracaso
El proceso de crecer a partir de nuestros fracasos comienza con el reconocimiento de que hemos fracasado en absoluto. Esto suena bastante fácil sobre el papel. Después de todo, si hemos invertido incontables horas para lograr una meta, ¿no debería ser obvio cuando nos hemos quedado cortos?
Bueno, no siempre. Tenga en cuenta que experimentamos fracasos en diversos grados, y no lograr una meta especialmente grande puede ser más difícil de aceptar que no lograr una más pequeña. Por ejemplo, si una empresa no logra alcanzar un tercer trimestre rentable, recuperarse puede ser tan simple como reconocer lo que salió mal, aplicar lo aprendido y regresar para lograr un cuarto trimestre más sólido.
Pero imaginemos que el negocio fracasa y sus propietarios quiebran. Se dedicó una gran cantidad de tiempo, esfuerzo, recursos y pasión a ese negocio. Es posible que sus propietarios se hayan saltado posibles relaciones, experiencias e incluso sueños completamente diferentes. Un caso así de fracaso es extremadamente doloroso, y tratar de replantear la experiencia como un trampolín hacia el éxito no ayuda mucho a suavizar el golpe .
Luego está la cuestión de cómo creemos que los demás percibirán nuestros fracasos. Hemos sido condicionados a compararnos con los demás para desarrollar la autoestima (aunque existen formas mejores y más saludables de hacerlo) . Entonces, cuando fallamos, naturalmente nos sentimos obligados a evitar el dolor del escrutinio negándonos a reconocer lo que ocurrió. Este es a menudo el aspecto más difícil de afrontar del fracaso para las personas, lo que hace que sea aún más importante ser consciente de ello y afrontarlo.
La importancia de reconocer el fracaso
Una realidad en la que hemos fracasado es difícil de aceptar, pero eso es precisamente lo que hace que reconocer nuestros fracasos sea tan importante: nos encamina hacia la reflexión y el crecimiento a partir de la experiencia. Si seguimos negando que hemos fracasado (o, lo que es peor, achacamos nuestros fracasos a alguien o a algo más), sólo estamos prolongando nuestro dolor y privándonos de la oportunidad de crecer y volvernos más fuertes. Una vez que el proceso de recuperación ha comenzado, podemos retomar el camino hacia el logro del mismo objetivo o de objetivos completamente nuevos. En cualquier caso, abordaremos nuestros sueños con la mayor sabiduría, resiliencia y motivación que se obtienen al apoyarnos en el aprendizaje.
Cada día más fuerte
En Oats Overnight, creemos que inclinarse hacia el aprendizaje es la receta para el crecimiento y el éxito personal. Aceptar los reveses y crecer a partir de nuestros errores es cómo comenzamos y cómo deseamos avanzar cada día. Te invitamos a hacer lo mismo y perseguir tus propios objetivos como la versión más fuerte de ti mismo, impulsado por un desayuno premium y respaldado por una comunidad cuyos miembros se ayudan unos a otros a superar los desafíos de la vida diaria.
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